lunes, 1 de junio de 2009

Las llamadas

Lo llamé a los dos días después. Le hice caso a la Lena y me tomé tres vodka tónica, me senté en la terraza respirando profundo, buscando tranquilidad, y esperé a que me contestara.

- Estaba esperando tu llamado – fue lo primero que me dijo.
- Sólo te llamaba para terminar la conversación que dejamos pendiente.
- ¿No quieres que nos veamos de nuevo? Por teléfono es muy impersonal.
- Es que no tengo tiempo, Juan Antonio.
- ¿Estás trabajando?
- No, pero no me puedo juntar contigo.
- ¿No puedes o no quieres?

Me quedé en silencio por unos segundos, pensando que tenía dos posibilidades: preguntarle directamente a Juan Antonio cuál es la idea que nos juntemos; o seguirle su juego. Gracias al cuarto vodka tónica que recién me había traído la nany, opté por la primera opción.

- A ver Juan Antonio, ¿para qué quieres que nos juntemos de nuevo? ¿Para que me restriegues en mi cara tu matrimonio con la china y después me beses? ¿A qué juego estás jugando? Porque tú me conoces perfectamente y sabes muy bien que soy muy respetuosa de las instituciones y que no me gusta la idea…
- No estoy jugando ningún juego. Cálmate un poco.
- Si estoy calmada, lo que pasa es que no te entiendo, eso es lo que me pasa.
- ¿Qué es lo que no entiendes?
- El beso que me diste, por ejemplo.
- Fue un impulso; perdóname si te molestó.
- ¿Un impulso? ¿Y el casarte con la china también lo es? ¿Y querer juntarte conmigo de nuevo para no sé que cosa es un impulso también?
- Es japonesa – escuché su suspiro por el teléfono-. La verdad, que cuando te vi me di cuenta que me ha sido muy difícil cerrar nuestra historia, sobre todo por la manera en que nos vimos la última vez.
- ¿Y la mejor manera de cerrarla es besarme en vísperas de tu matrimonio?
- Veo que te molestó mucho mi beso. De verdad lo siento, lo que pasa es que, algunas veces, te extraño.

Se me puso la piel de gallina. Era lo que esperaba escuchar y no esperaba, las dos cosas al mismo tiempo. Me di cuenta que está confundido igual que yo, con la diferencia que él puede echar pie atrás y no casarse, mientras que yo estoy atada a Francisco, a menos que quiera verme para pedirme que deje mi matrimonio.

- Para que te quedes tranquilo y puedas iniciar tu nueva vida en paz, juntémonos por última vez – Mientras le decía esto a Juan Antonio, veo a la nany venir hacia la terraza con el teléfono inalámbrico en la mano.
- Señora, la llama la señora Lena – Me dice sabiendo que me carga que me interrumpan.
- No puedo atenderla ahora, dile que la llamo más rato.
- Dice que es de vida o muerte.

Si la Lena dice que es de vida o muerte siendo que no es exagerada, tiene que ser así. Le dije a Juan Antonio que lo llamaba en cinco minutos y tomé el teléfono de la casa.

- Ojalá se haya muerto alguien, Lena. Estaba en lo mejor de la conversación con Juan Antonio.
- Se trata de Francisco. Hablé con la Cota García y me dijo que tenía pruebas que inculpan a tu marido.
- ¿Inculpan de qué?
- Que te es infiel.
- ¿Francisco, mi Francisco? – Solté una carcajada.- ¿Y tú le crees a esa rota?
- Voy a tu casa ahora. Llevo las pruebas.

8 comentarios:

M dijo...

ejalé, ahora se puso bueno!

celeste dijo...

le va a tocar, se va a separar y se quedara con juan antonio??? no le hagas la vida tan facil!

Selma dijo...

chan!!!

SRTA TEMPLARIA dijo...

Chann chan chann!!

No hasta el próximo lunes noo!! porque no haces un extra en la semana.. no podré esperar

Abrazos
PAU

Unknown dijo...

Yaaaaa!!!! La loca se cree
"la mera, mera" jajjajaj..

Quiero ver esas pruebas!!!! ¿¿Será que la engaña con la japonesa de J.A.???

Anónimo dijo...

jajajaja... se puso buena la cosa.
ahora tiene la pista facil para separarse haciendose la victima...

Unknown dijo...

jajajaja....Que se la esté cagando con la china fea esa, por fa!!!!

Leslie Miranda dijo...

Uhh, leí toda la historia, no había cachao este blogrs. Ahora quedó con güen suspenso :O