lunes, 27 de abril de 2009

Conversando con Lena II.

- ¿Y qué te parece mi idea de venganza?
- Absurda e infantil.
- ¡Pero Lena! Yo pensé que te ibas a reír y que incluso me ayudarías a planificar todo.
- ¡Estás loca! Lo encuentro una estupidez sin sentido.
- ¿Acaso no encuentras tú que la Cota García se merece un castigo?
- Lo que yo creo es que esa pobre mujer tiene una vida tan, pero tan mala, que eso es suficiente castigo.
- ¿Y por eso justificas la pesadez que me dijo?
- No la estoy justificando, pero no vale la pena rebajarse. Aparte que, según las malas lenguas, el Flaco Cortés la gorrea duro y parejo.
- Más fácil para mí entonces.
- ¿Te acostarías con él sólo por venganza?
- ¿Y quién habló de acostarse? Que fea palabra, Lena, por Dios. Yo dije coqueteo, no hacer el amor con un gordo feo.
- Entonces más mal te irá, porque los hombres a nuestra edad, por si no lo sabías, buscan “hacer el amor”, y no que le calienten la sopa.
- Te juro Lena que si no fuera porque te conozco de toda la vida estaría espantada de esos dichos que dices.
- Te aviso de antemano. Y a todo esto, ¿cómo lo piensas ubicar?
- Por facebook.
- ¡Hablando de facebook! Se me había olvidado.
- ¿Algo sobre las fotos? No me has contado lo que han escrito las envidiosas, ¿Alguna te comentó sobre mi vestido, mi anillo?
- No, mujer, cálmate.
- Si me vas a decir algo en contra, prefiero no escucharlo.
- ¿Me puedes escuchar? Juan Antonio me preguntó por ti.
- ¿Juan Antonio? ¿En serio? ¿Y por qué no me lo dijiste antes?
- Porque no me dejabas, igual que ahora.
- ¿Te dijo que me encontró regia en las fotos?
- Escúchame, por favor. Al final de la clase lo noté medio dudoso si acercarse a mí, hasta que se atrevió y me preguntó si yo te conocía…
- Pregunta harto tonta, porque obvio que vio las fotos. Seguro que estaba nervioso el pobre y no sabía como empezar a preguntarte.
- ¿Puedo continuar?
- Si pues, si estoy esperando.
- Yo no sabía si decirle que tan amigas somos, así es que le comenté que tenemos una buena amistad, que yo vivía en Alemania y que ahora que volví retomamos el lazo. Entonces me preguntó cómo estabas tú…
- ¿Y qué te dijo para justificar que me conoce?
- Las clases de bonsái, me parece.
- ¿Y qué más te preguntó?
- Quería saber cómo estás tú. Le dije que bien, que si quería hablar contigo le podía dar tu celular.
- Como si no lo tuviera.
- Me dijo que no, que sólo quería saber como estabas, porque vio las fotos y le dio mucho gusto verte tan contenta y tan linda, y que te mandara saludos.
- ¿Eso es todo?
- Aunque me quedé con la sensación que algo más quería decirme. Pero no pudo porque llegó la novia a buscarlo.
- ¿Conociste a la china fea?
- Es japonesa.
- Da lo mismo. ¿Viste que es fea? No me llega ni a los talones.
- No la encuentro tan fea, dentro de su raza es bien bonita.
- ¿Y qué hago ahora? ¿Lo llamo, le mando otro mensaje por facebook?
- No hagas nada. Por favor, no hagas nada.
- No lo haré, si igual estoy feliz porque te preguntó por mí.

lunes, 20 de abril de 2009

El Encuentro.

No lo puedo evitar, pero la Lena se veía horrorosa!!!! Y las demás, también. Es que cuando una es gorda (harto o poco, da lo mismo) con lo que se vista se verá mal. Siempre. ¡Y los peinados, y los teñidos! Horrorosos. Qué mujeres con tan mal gusto, si parecía una convención de mujeres flácidas y con el pelo oxidado, vestidas de multitienda.


Obvio que a la Lena no le dije mi opinión sincera, mal que mal somos amigas: la única que tengo. Con las demás fui educada y si me decían que yo estaba igual que en cuarto medio, les sonreía a modo de agradecimiento. ¿Acaso querían que les dijera que ellas también?


Ocupé todo el día sábado en arreglarme, hacerme masajes linfáticos, me hice las uñas, mandé a lavar mi jeep, escuché música tranquila y me concentré en ser la más regia de todas. Cuando Francisco me vio me dijo que se sentía muy orgulloso de tener una mujer tan hermosa como yo de compañera de vida, y me regaló un anillo maravilloso con una gran esmeralda, que hacen juego con mis ojos.

Y como me sentía tan regia que parecía modelo, no me costó nada sacarme fotos con mi mejor cara, porque la idea es que la Lena las suba a su facebook y Juan Antonio las vea y de seguro me comparará con la china fea esa y sabrá que sí o sí tiene que estar conmigo, que fue un tonto por dejarme ir.

El único punto negro de la noche fue que me reencontré con mi archirival: la Cota García. Apenas la vi recordé que siempre me tuvo envidia, que me copiaba en todo y que se había casado con el Pollo Cortés (según algunas lo de “pollo” era sólo una anécdota de juventud) ,que tenían 6 hijos y que esa figura era sólo gracias al bisturí. La Lena me dijo que para qué la iba a saludar, pero ella sola se acercó. Te ves casi igual que en el colegio, lo que es cambiar de marido todos los años, me lanzó. La Lena se puso nerviosa y le comenzó a hablar de los hijos, del trabajo que dan, que cuando una no tiene niños el cuerpo no sufre tanto… Miré a la Cota García directo a los ojos y le contesté: que lamentable que no pueda decir lo mismo de ti, porque el cirujano plástico es médico, pero no un santo milagroso.

Por supuesto que se fue indignada, pero la más enojada era yo. ¿Qué se cree esa rota? La Lena me dijo que no la tomara en cuenta, que es sólo una mujer amargada con un pésimo matrimonio. Entonces me vino una gran idea, ¿y se le coqueteo al Pollo Cortés? Sería una excelente venganza.

lunes, 13 de abril de 2009

Indignadísima.

Ahora si que se pasó. ¡Casi me morí de indignación cuando vi las fotos! Es que Juan Antonio parece sicópata, pobre china fea esa, si supiera que la mayor parte de las fotos se las sacaron en los lugares donde estuvimos juntos, y él jurándome su amor!!! Tenía fotos en las cabañas (donde me pidió matrimonio); en el spa ese raro que me invitó (donde hicimos el amor tantas veces); en el instituto medio chino (donde nos encontramos después de años de no vernos) y en su departamento (lugar en que nos dimos el último adios).

La Lena me explicó que me tuvo que sacar de amiga para que Juan Antonio no me viera en el listado de sus amigos, por si acaso, y que lo contactó porque es alumna de ese karate raro que él enseña. Esto último fue casualidad, porque la Lena será mi amiga pero para que andamos con cosas, llegó harto gorda de Alemania. Y creo que eso que enseña Juan Antonio es bien bueno para quemar grasas, y así, buscando un lugar como verse mejor, llegó al instituto chino o japonés, da lo mismo.

Quedé tan nerviosa y enojada que me veía hasta fea. Y justo falta tan poco para el encuentro anual. Francisco me miraba raro y me regaló un día completo en un spa, será latero pero por lo menos es atinado. Obvio que él cree que estoy estresada por el encuentro, así es que cuando me pregunta, le hablo mil pestes de las otras, que son irresponsables y que yo tengo que hacer todo, que por eso me siento tan fatal.

Y si no fuera poco lo atroz que es Juan Antonio, tuve que comenzar una dieta urgente porque con tanto vodka tónica el vestido espectacular que encargué me queda un poco apretado. Igual me veo estupenda, por supuesto, pero la idea es verme como en la alfombra roja cuando entregan los premios esos del cine.

En fin, ya basta de Juan Antonio. Que se queda con la china fea esa. Ahora necesito concentrarme en el encuentro anual, en verme más que regia, para que cuando entre al salón todas me queden mirando y se miren a si mismas gordas, con el pelo medio oxidado, con ropa de multitienda, últimas. La Lena va a publicar esas fotos en su facebook, y cuando las vea Juan Antonio se va a morir de seguro, sabrá que con la Lena somos ex compañeras y quizás...

lunes, 6 de abril de 2009

Casi me deprimí.

Tanto acordarme de Juan Antonio y el latero de mi primer marido casi se me olvidan mis deberes como organizadora. La verdad es que me anduve deprimiendo un poquito, porque pienso de la siguiente manera: soy una mujer regia, excelente partido por donde se me mire, de buena familia, viajada, hablo inglés, ¿por qué tengo tan mala suerte en el amor? ¿Por qué finalmente no puedo ser feliz con el amor de mi vida?

Según la Lena Juan Antonio sería el amor de mi vida, pero no estoy tan segura, porque si fuera así él habría luchado para estar conmigo.

Y como me deprimí un poquito, me fui a vitrinear. Me entretuve porque de tanto comprar en internet hace rato que no pisaba una tienda. Terminé con un bolso muy elegante para mi pc rosado, algunos maquillajes de la “nueva temporada” (para nosotros tercermundistas, porque en Estados Unidos están pensando en la otra temporada, como le dije a la vendedora), y la tristeza seguía. De tanto pensar en Juan Antonio y recordar nuestro pasado juntos (con lo malo y lo bueno) me moría de ganas de verlo.

Llamé a la Lena para contarle que me sentía mal, como triste, le dije lo injusta que encuentro que es la vida para mí, que el único hombre que alguna vez se la tuvo que jugar por mí nunca lo hizo… y me responde que me separe. Estuve a punto de cortarle (es que no puede ser tan desubicada con mi tristeza) y me dice que está bueno de hablar tonteras, que me tiene una excelente noticia: ¡es amiga de Juan Antonio en facebook!

Ahora me voy volando a su casa, me muero de la curiosidad.