Llevo
dos meses tratando de conquistar a Felipe Boutin. A pesar que no me gusta nada
de nada, creo que es perfecto como marido: es viejo, tiene hijos grandes y
plata.
Cuando
la Lena me lo presentó en el bautizo de la Audrey, apenas me puso atención.
Obvio que me miró de pies a cabeza – lo que me pareció de bastante mal gusto-,
pero apenas me preguntó algo. Incluso nos dejó solas a los pocos minutos,
murmurando que iba a saludar a alguien.
Obvio
que me dio rabia y hasta reté a la Lena, pero me dijo que le diera otra
oportunidad. Esperé un rato y me volví a acercar; se me había ocurrido día
decirle que ya que él era un inversionista si tenía algún consejo para darme.
-
¿Y
quién te dijo que soy inversionista?
-
-La
Lena, mi amiga que nos presentó.
-
Nada
que ver. Pero si quieres te puedo dar el dato de un amigo que se preocupa de
gente como tú, que le sobra la plata y no sabe qué hacer con ella.
-
No
me sobra la plata.
-
Pero
por algo quieres invertir.
-
Sí,
por algo. Pero no te preocupes, pensé que me podías ayudar.
Me alejé
molesta porque lo encontré último de mal educado, brusco y torpe. Me sorprendí
porque comenzó a llamarme y se apresuró por llegar a mi lado.
-
Oye,
¿te enojaste?
-
Obvio
que sí.
-
Pero
como tan alharaca mujer.
-
No
puedes negar que fuiste brusco y grosero.
-
¿Por
qué te dije que no sabes hacer con la plata? ¿Acaso me equivoco?
-
Parece
que no te enseñaron que hablar de dinero es mala educación.
Después
me contó que se sintió culpable de haberme hablado así, y por eso estuvo acompañándome
el resto del bautizo, Además que ambos
vinimos solos, remató a modo de chiste. En esa tarde me enteré que es dueño
de una empresa que hace nosequecosa, que por lo mismo viaja bastante al norte
del país, que dos de sus hijos viven fuera de Chile (no recuerdo qué países) y
que los otros dos ya tienen su vida hecha, y que en total tiene 6 nietos. Es que me casé joven, me dijo y yo lo
miré en silencio.
En el
bautizo me pidió mi número, y se demoró ¡una semana en llamarme! Cuando
finalmente lo hizo, fue para invitarme a tomar desayuno el domingo temprano. Es que viajo mucho en la semana, y es único momento libre que tengo.
Y así
nos hemos llevado todo este tiempo: me invita a tomar desayuno un domingo temprano,
después se va a almorzar con algún hijo, aunque también hemos almorzado un
sábado. Cuando conversamos me lo imagino de marido: latero, de seguro tendré
que cambiarle todo clóset, escucharle sus conversaciones lateras… espero que
todo este esfuerzo y paciencia valga la pena. Tengo todas mis esperanzas
puestas en este jueves, porque de tanto sacarle en cara que jamás hacemos nada distinto
juntos, me dijo que yo organizara algo y él haría un esfuerzo por tomarse jueves y viernes. Reservé una
siute preciosa en uno de esos hoteles boutique, cerca de zona de vinos y me compré ropa interior finísima.
Ahora sí
que lo atrapo.
2 comentarios:
me entretiene demasiado la historia de esta loca, puchas que es hueca jajajajajajajajaaj
extrañaba sus andanzas
y si se agarra del viejo y se dan vuelta los papeles???
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