lunes, 21 de diciembre de 2009

El matrimonio.

Tuve que aguantar los retos de la Lena porque tenía razón respecto a Johann: quizás si lo hubiera aguantado un poco no tendría el problema de con quién ir al matrimonio. Después de retarme, se puso a averiguar en internet "escort vip", aunque para mí es un simple eufemismo. Me tenía media convencida - son regios, hablan varios idiomas, educados y no es obligatorio tener sexo con ellos - hasta que me acordé de un entrenador personal (encuentro último de rasca eso de personal trainer) del gimnasio que iba cuando estaba casada con el latero de Francisco, con el que me llevaba muy bien, aparte que es bastante regio y educado, estudió en un colegio de bien, que más puedo pedir.

Llegué al gimnasio minutos antes que cerraran. Pedro (un nombre ideal, católico como corresponde) me saludó muy amoroso y mientras le contaba de mi vida, le pregunté cuanto ganaba por hora. Me miró raro, pero igual me contestó. Calculé mentalmente 8 horas por el doble, y se lo ofrecí. Abrió los medios ojos y me preguntó que tenía que hacer. Me tuvo que dar sus medidas porque no tenía ningún traje decente, así yo se lo compraría a mi gusto y llegaría temprano el sábado a mi casa a vestirse.

El sábado, mientras se ponía el traje carísimo que compré (se veía realmente guapo y elegante) nos pusimos de acuerdo en cómo nos conocimos (él era mi entrenador personal y se enamoró locamente de mí, aunque obvio que tiene que contar que es socio en el gimnasio y no un simple profesor), caminamos un poco tomados de las manos y partimos en mi jeep, porque su auto de verdad deja bastante que desear.

Me veía realmente estupenda. Usé un vestido de una sola manga, de un color bastante especial (un tipo de lila oscuro), un moño discreto y pocas joyas. Para qué decir las miradas de envidia cuando entramos al salón, fue lo mejor de la noche.

La ceremonia fue extrañísima: mucho olor a incienso, sonido de campanas, un tipo de cura vestido de rojo y amarillo, la china vestida con una ropa de su país (se veía más fea la pobre), Juan Antonio entero de blanco, hicieron reverencias y unos cánticos bastante extraños. Según la Lena fue un matrimonio"budista". Yo lo encontré una lata.

La recepción fue en un saloncito cercano, adornado con figuras extrañas, las mismas que tiene Juan Antonio en su departamento. Él con la china fea estaban en la entrada, saludando. Todavía me acuerdo de los ojos cuando me vio, estoy segura que en ese mismo momento se arrepintió de estar casándose. Le presenté a Pedro con la mejor cara de enamorada que encontré.

Todo iba bien en nuestra mesa, aparte de la Lena y Sven nos sentaron con gente mayor, amigos de los papás de Juan Antonio, gente agradable y muy educada. El único punto negro de la noche fue que Pedro se mostró muy alegre y conversador, ya que tomó un poco más de la cuenta. Comenzó a abrazarme, a decirle a todo el mundo cuanto me amaba, felicitó como cinco veces a Juan Antonio y a la china fea, a los papás de la china que no entendían nada, hasta que se quedó dormido en la mesa. Gracias a la ayuda de Sven lo pude subir al jeep, y cuando me fui a despedir de Juan Antonio (me había retocado el maquillaje recién) me dijo que no le veía mucho futuro a mi relación, porque nos encontró muy distintos.

Lo mismo digo de tu matrimonio, le respondí.

4 comentarios:

El autor dijo...

no hay caso con la minita. ojala todos los dias fueran lunes pa no tener que esperar tanto pa cachar como sigue este cahuin.

Carla dijo...

Pfff medio sacrificio con el alemán y termino acompañada de un simple personal training y que mas encima mostro la hilacha en la fiesta...

Carla dijo...

Por si aca lo de simple es a ojos de ella no es mi opinion de los lolitos dedicados al entrenamiento personal...

Insisto... dijo...

jajajj a mi me causa mucha gracia estos relatos,en cualquier momento le muestro la página a mi amiga faby...no mejor no,creerá que me estoy riendo de ella jajajaj.
Mas encima le compra el traje al curahuilla...ta' mal enfoca´' la mina jajaj


yap...uta' me subí el ánimo.