lunes, 28 de diciembre de 2009

El regalo de Navidad.

Como es tradición, pasé la Navidad en la casa de mis papás. Me sentía rara llegando sola, porque antes iba con mi primer ex marido (cuando éramos novios y después casados) y luego con Francisco. Fui dispuesta a escuchar las bromas de mi hermano y su señora (que pertenecía a mi grupo de amigas de la universidad), ya que antes me molestaban porque no tenía hijos, ahora quizás con qué cosa me saldrían. Todo porque ellos tienen cuatro niños, los únicos que soporto, la verdad.

Cosa extraña, mi mamá me abrió la puerta. Y lo primero que me dijo fue: tu regalo de Navidad está en la terraza. Quise ir a saludar al familión, pero no me dejó; me obligó ir a la terraza.

Lo primero que hice fue mirar a la piscina, ya me imaginaba un paquete precioso flotando, típica broma de mi hermano. Hasta que sentí unos ojos mirándome y veo a Francisco, de pie con cara de nervioso, con un ramo de flores en la mano. Lo primero que hice fue devolverme a buscar a mi mamá, para pedirle explicaciones. La encontré en la cocina, dando las últimas instrucciones.

- ¿Me puedes explicar que hace mi ex marido en la terraza?
- Fue idea de él esperarte afuera. Hazlo entrar porque van a servir el aperitivo. Te mueres lo rico que está todo.
- No quiero que entre. Quiero que se vaya.
- ¿No has hablado con él?
- Obvio que no, mamá. No tengo nada que decirle.
- Tienes que escucharlo primero.
- Mamá, mi matrimonio con Francisco terminó. Yo di vuelta la página, estoy viviendo sola y feliz, y tengo entendido que él está con la rota esa teñida.
- Te equivocas, hija mía. Francisco está solo. Se dio cuenta que lo de la rota esa fue un error, y tiene una propuesta que hacerte.
- No me interesa. Quiero que se vaya.
- Primero tienes que escucharlo y darle una oportunidad. Él todavía te ama y quiere que lo perdones. No es tan difícil.
- Pero es que ya tengo mi vida armada...
- Mira mi linda, esa vida tuya de soltera viviendo sola me ha hecho pasar mucha vergüenza. ¿Sabes lo que respondo cuando me preguntan por ti? Que estás pasando por una crisis matrimonial, que ya todo se arreglará. Eso de vivir sola a tu edad no es de gente de bien, que atroz. Tienes que volver con tu marido, tener un hogar.
- Pero mamá, yo no amo a Francisco.
- ¿Y quién está hablando de amor? La manía de mezclar las cosas, por Dios. Ahora anda a escuchar al pobre de Francisco, y actúa como debe ser.

Me devolví a la terraza, resignada. Estaba consciente que mi mamá tenía toda la razón del mundo, pero ya había borrado de mi vida a Francisco, aunque después del matrimonio de Juan Antonio me sentía un poco perdida con respecto a mi vida.

Me paré frente a él y lo miré a los ojos. Me encantó sentirme superior y que Francisco tuviera esa mirada de timidez y culpabilidad.

Le recibí sus flores y lo escuché.

5 comentarios:

celeste dijo...

Olvidalo, despues de todo lo que pso estando sola por culpa de Francisco. Le dara la neurona pa tanto??'

Insisto... dijo...

Chuta,cuando dijo la mamá:
La manía de mezclar las cosas,me pareció conocido .toing!

Ella y su vida ya resuelta...la vida tiene tantas vueltas...quizás que va a pasar.

PD:Me puse pa'dentro jajajaaj

Katia dijo...

Ahora entiendo por que es tan aweona la pobre, con una madre así es para estar trauma..

chica canifru dijo...

Ya y??? quiero saber que sigue poh!
No me le ocurre, no creo ni debería ser algo bueno. Muy injusta la vida pa las menos care rajas, o no?

El autor dijo...

y? la siguiente cuando?