lunes, 26 de octubre de 2009

Conversando con Lena VI: los recados.

- Me parece último que Francisco te use como recadera.
- No te preocupes, si a mi me da lo mismo.
- Es que lo encuentro último de cobarde. ¿Y cuál es el famoso recado?
- Lo típico: que eres una excelente mujer, bonita, educada, que te agradece el tiempo que estuvieron juntos…
- Eso ya lo sé.
- Fíjate que estaba muy nervioso y se dio varias vueltas antes de decirme que, y este es el recado, que comenzaría con el proceso de divorcio.
- ¡Me parece excelente! En vez de este caffè latte, deberíamos tomar champaña.
- ¿No te da curiosidad saber porque desistió de tu perdón?
- Porque desde que lo pillé con la rota esa, supo que me había perdido para siempre. Más claro echarle agua.
- La Cota García me contó otra versión.
- La versión rasca, querrás decir.
- Algo así. El otro recado es de Juan Antonio. Aunque no es un recado propiamente tal.
- De ese menos quiero saber. Mira, de esos dos no hago ni un hombre que valga la pena.
- Pero igual te digo: me pregunta a cada rato por ti. Me dice que no se quiere casar sin haber hablado contigo antes, que quiere ser tu amigo, que eres una mujer muy importante en su vida…
- Tan importante que igual se casará con la china fea esa.
- Si vieras, cada vez que me encuentro con él en el instituto me habla de ti. Deberías llamarlo.
- Ni muerta. Que se quede con la china.
- Cosa tuya, pero antes de ir al matrimonio tienes que llamarlo para felicitarlo.
- ¿Y qué te hace suponer que yo iré?
- Tu inteligencia, mujer. Así le demuestras que no te importa. Mira, lo tengo todo pensado: nos vamos a un spa el mismo día, nos compramos los vestidos de la nueva temporada vía internet…
- Claro, y llego sola. Regia y sola.
- Todavía no he llegado a esa parte. Con Sven tenemos pensado presentarte uno o dos candidatos para que no estés sola. Mira, será una comida bien sencilla y de buen gusto en mi casa…
- ¿Una cita a ciegas? No, gracias.
- No seas prejuiciosa. ¿O acaso no confías en mi buen gusto?
- No se trata de eso. Lo encuentro último, eso es.
- Mira, te voy a contar un poco del que más me gusta a mí, para que te entusiasmes: se llama Johann Bieber, sus papás son descendientes de alemán, no te preocupes que no es como Sven, con esa crianza alemana. Por eso me gusta para ti. Y vieras la plata que gana. Separado con dos hijos, creo. Niños pequeños. Qué mejor
- Horrendo me parece. Lo que me faltaba: dármelas de madrastra.
- Tienes que verlo desde esta óptica: no te pedirá hijos, porque ya los tiene. Y es bien regio, nada todas las mañanas antes de ir al trabajo. Imagínate el cuerpo que tiene.
- ¿Y quieres que lo conozca en tu casa y luego lo invite al matrimonio?
- Algo así. Piensa solamente en la cara de Juan Antonio cuando te vea, más regia que nunca, con un hombre atractivo, elegante y te mira con ojos de deseo.
- Con que me mire con respeto me basta, Lena.

3 comentarios:

celeste dijo...

Antes muerta que sensilla...wuajajajaja

Unknown dijo...

.. Y pa que proyectarse con este aleman???... Que la acompañe al matricidio y ya.. Es muy pronto pa que se meta en una nueva relación...

Está fuera del protocolo ir a un matrimonio y ser más regia que la novia... Pero en esta oportunidad la ocasión lo amerita.. jijijijiji

Insisto... dijo...

Dije que me gusta? jajajaja
Que vayaaaaa!la idea no es tan macabra,o si?...nopo' :D