lunes, 7 de junio de 2010

La Inauguración, segunda parte.

Mientras miraba como Francisco hablaba con Javier Lecaros cual fan quinceañero, me dediqué a observarlo: quijada marcada, ojos vivaces, pelo corto, manos grandes, nariz aguileña (ni grande ni pequeña), vellos en sus brazos... bastante varonil me pareció. Mucho mejor que el deslavado de Juan Antonio y que Francisco.

Me quedé sola en la puerta, mientras mi marido con Javier Lecaros se acercaron al bar. Divisé a la Alison toda coqueta con su músico, y la Lena comiendo. Bueno, pensé, mal que mal soy la anfitriona y debo estar con todos y en todas partes.

Me disponía a acercarme a algunas ex compañeras de universidad - las invité sólo para que me envidien con ganas- cuando siento que me llaman: era Juan Antonio Soriano Camino, solo.

- ¿Se puede saber quién te invitó?
- Tú. - Me mostró la invitación.- La traje conmigo porque no sabía si me harías la desconocida. A veces eres tan bipolar.
- No estás en la lista de invitados que le entregué a la productora. Pero ya que estás aquí, pasa y aprovecha de comprarle algo a tu mujer.
- Nanako usa otro tipo de ropa.
- ¿Y por qué no viniste con ella?
- Porque quería verte, saber como estás.
- Estoy muy bien, gracias.
- Se te nota. Lena me contó que volviste con tu marido y que eres dueña de esta tienda. Tenía que verlo con mis propios ojos.
- Entonces fue ella quien te invitó.
- Se lo agradeceré personalmente, porque te he extrañado bastante. Ni siquiera contestas mis mensajes.
- ¡Obvio que no! Nuestras vidas tomaron rumbos distintos, Juan Antonio. Tú te casaste y yo volví con Francisco.
- Que estés casada nunca fue un impedimento para nosotros.
- A ver, Juan Antonio, ¿estás pasando por algún problema matrimonial con la china?
- No, mi matrimonio está de lo más bien. Y es japonesa, no china.
- Da lo mismo. En fin, escúchame bien: mi vida es totalmente diferente ahora. Trabajo y me dedico 100% a mi marido.
- Me alegro por ti, de verdad.
- Y ahora te tengo que dejar, porque - como anfitriona- debo estar con todos y vigilar que todo ande bien.

Me alejé un poco nerviosa, debo reconocerlo. Me dirigí donde la Lena, para retarla por la desubicación. ¿Cómo se le ocurre invitar a Juan Antonio sabiendo de mis esfuerzos para olvidarlo?

No pude acercarme a ella porque me detuvo Francisco, quien venía con los dos músicos, la Alison y James. Nos vamos para la casa, llamé a la nany y nos va a esperar con picoteo, me dijo mi maridito. Miré a la Alison con cara de pregunta, ella se encogió de hombros y partieron.

Me dio harta rabia, la verdad. Tenía que quedarme sola a cargo de todo, despachar a los invitados, poco menos que ponerle candado a la tienda para luego irme a mi casa, mientras ellos se divierten sin mí.

- ¿Tu marido se fue y te dejó sola? - Diciéndome esto, Juan Antonio me pasó un vodka tónica.- Brindemos por la libertad mejor.
- Buena idea.
- ¿Te gustaría ir a comer después de esta exitosa inauguración?

Lo miré fijamente. Una comida inocente, sólo para ponernos al día... no tenía nada que perder.

3 comentarios:

El autor dijo...

hmmmm

Insisto... dijo...

sipo inocente,ella es toda una lady,hasta que se revuelque en la cama con el macho de la "china,ba' japonesa...da igual! :D

Xiao Mei dijo...

Sabes que en el fondo esta mina me da pena, es que es taaaan superficial y frívola, dejo ir a la única persona que ha querido y solo por tener la comodidad que da el dinero. Recuerdo el capitulo de navidad cuando la mama le decía que volviera con su marido, pero no por amor, no por verla feliz si no mas bien para que ya no hablaran mas de ella ¡que terrible! El personaje siempre se me imagina esos niños que de chicos les dicen que son tontos y de grande se lo creen, pues a ella le enseñaron a ser esposa trofeo y en eso se convirtió (por lo menos es la impresion que a mi me da).

Saludos desde Valparaíso.


PD: Me gusta la historia y sobretodo como esta escrita, de una forma amable y fácil de leer, pero son tan cortitos los capítulos.