lunes, 15 de febrero de 2010

Conversando con la Alison.

Pensé que me iba a aburrir mucho en estas vacaciones, eso de hacer todos los días lo mismo me parece una lata. Lo que rompió la monotonía fue la llegada del gringo del trabajo de Francisco con la rota de su mujer, esa que aseguran que era su empleada doméstica antes de casarse. Siempre la evito - lo peor de los rotos son los rotos con plata - pero ese día me había tomado varios vodka tónica , por lo que no tuve problemas en escucharla.

Comenzó contándome que cada vez que pilla a su marido -mi Jimmy- en algún paso raro con alguna mujer, ella le pide algo a cambio, como una forma de perdonarlo. Y luego, de la nada, me pregunta:

- ¿Y tú, que le pediste a Panchito?
- No te entiendo.
- Está bien que quieras olvidarlo, pero no te puedes hacer la loca conmigo.
- ¿Te refieres a la relación extramarital con la rota teñida que tuvo?
- Si poh. Si todos supimos. En todo caso todo el mundo le decía al Panchito que cómo te podía haber dejado, que acaso no se daba cuenta de la gran mujer que tú eres. Para mí, le dieron agüita de poto.
- Mira, no tengo idea que le habrá dado la rota esa, ni me interesa.
- El problema es que estos hombres son tan calientes. Si no me acuesto con mi Jimmy cada vez que él quiere, ligerito anda mirando a esas yeguas que se le ofrecen. Si hasta me compró de esos disfraces eróticos. Tengo de enfermera, diabla, profesora, policía, escolar. ¿Y tú, cómo lo haces con Panchito?
- La diferencia con ustedes es que nosotros somos católicos, por lo tanto, seguimos los preceptos de la Iglesia.
- Pero a los católicos también se le para poh.
- Me ibas a contar lo último que le pediste a tu marido.
- ¡Tienes razón! Mírame bien y dime qué tengo de diferente - se puso de pie y dio una vuelta.
- ¿Te pusiste trasero? - le dije por decirle algo; nunca se sabe con los rotos.
- No, si este es mío. Me hice una lipoescultura. ¡Bajé una talla!
- Te felicito, supongo.
- Tú deberías ponerte pechugas. ¿No te encuentras un poco plana?
- Mis ancestros son europeos, y por eso mi cuerpo es así: delgado, elegante y distinguido.
- Para mí es sinónimo de fome. Si tuvieras más carne tendrías al hombre que quisieras.
- Con Francisco me basta y me sobra.
- Pillina, no te creo. Me acuerdo del verano que te pillé triste por penas de amor.
- Cosas tuyas. El único hombre de mi vida es Francisco.
- Yo también amo a mi Jimmy, pero igual los ojos se me van si veo un buen poto, por ejemplo.
- Me imaginaba que les miras el trasero a los hombres.
- ¿Tanto se me nota? Ojalá que no, porque mi Jimmy me mata.
- No se te nota, tranquila.
- Ya poh, dime que le pediste al Panchito por la gorreá.
- Te juro que nada.
- Que eres tonta, deberías aprovechar que tienen cargo de conciencia.
- Mi formación católica me lo impide.

4 comentarios:

El autor dijo...

formacion catolica? existe? que es eso? querra decir "mojigatería,"
no?

Rocio dijo...

guaaaaaaaaaaaajajajajajajajajajaja, que es levantada de raja esta tontona jajajajajajaja, me cayo bien la del yimi!! jajajajajajajaja

cada vez me rio más con este cuento, y me quedo esperando la continuación!!

Insisto... dijo...

jajajajajaajajajajajajajaaj...uta' no te dije:
"No existe mujer buena,solo grandes actrices".

Selma dijo...

esta es por lejos una de las mejores salidas de la loca esa.. "mi formación católica me lo impide"
LOL