lunes, 11 de enero de 2010

Conversando con Lena VI: las condiciones.

- Cuéntamelo todo. ¿Ya tuviste sexo de reconciliación con Francisco? Es la mejor parte.
- Por supuesto que no, Lena.
- ¿Acaso no volviste con él?
- Lo que se llama volver, no. Le estoy dando una nueva oportunidad.
- Pero si pasaron el año nuevo como marido y mujer, no entiendo.
- Eso lo hice para que mi mamá me dejara de molestar, pero dormimos en distintas habitaciones.
- Me imagino cómo debe estar el pobrecito de Francisco.
- Arrastrándose a mis pies, como corresponde.
- No seas tan dura con él.
- Se lo merece con creces. ¿O acaso no te acuerdas que me dejó en vergüenza con todos nuestros conocidos al meterse con la rota teñida esa?
- Pero si eso fue una calentura; además que la tipa esa no te llega ni a los talones.
- De todas maneras aún me siento muy ofendida por todo lo que pasó.
- Agradece que Francisco tiene nuca de fierro.
- ¿Por qué dices eso?
- ¿Cómo que por qué? ¿No te suena Juan Antonio Soriano?
- Son dos cosas totalmente distintas. Y no me hables de él.
- ¿No viste sus fotos en facebook de su luna de miel?
- Lo borré de amigo hace tiempo.
- Que eres lesa, si igual es entretenido ver las fotos. Pero yo te las puedo mostrar.
- Te juro que no me interesa. Borré a Juan Antonio definitivamente de mi vida.
- Eso lo he escuchado como mil veces.
- Ahora es en serio, Lena.
- ¿Por eso le diste otra oportunidad a Francisco?
- Para serte honesta, estuve pensando bastante sobre mi futuro. El día de navidad – cuando la ubicadita de mi madre invitó a Francisco- lo miré fijamente mientras me explicaba lo de la rota teñida y que quería un futuro nuevo para nosotros, y fíjate que me gustó verlo así, rogándome. Por eso pasé con él el año nuevo. Aunque yo sigo viviendo en mi casa y él en la suya.
- ¿Y si vuelves con él vas a vivir en el departamento donde estuvo con la rota esa?
- ¡Estás loca! Eso está en el listado de una de mis condiciones: comprarnos un departamento en el barrio que yo elija.
- Me parece bien. ¿Y un jeep nuevo?
- También.
- Vas a dejar en bancarrota al pobre.
- Tendrá que trabajar más duro entonces. Me parece que le ofrecieron hacer clases, y le pagan bastante bien.
- Me alegro mucho, fíjate. No te veía futuro viviendo sola, además que la plata tarde o temprano se te iba a acabar.
- Sí, que atroz. Me muero si tengo que trabajar.
- ¿Y cuando tienes pensado volver con Francisco, o acostarte con él?
- Que feo, Lena. Sabes que me carga eso de “acostarse”.
- Bueno, entonces cuando piensas hacer el amor con tu marido.
- Cuando llegue con el jeep nuevo, del color que yo quiero.

5 comentarios:

Rocio dijo...

por la miercale que me entretiene este cuento, pensar que hay minas asi... q terrible, un desprestigio para el gremio!

chica canifru dijo...

y gueones con mayuscula tambien poh!!! igual se lo merece, por gil.
Se merecen.

El autor dijo...

harto hueon el panchito, no? habiendo tantas que lo harian por menos y prefiere regalarle los pulmones a este sabañon

Unknown dijo...

- Cuando llegue con el jeep nuevo, del color que yo quiero.

guajajajaja...

Harto sacowea el Pancho. Es el polvo más caro que he visto.

Insisto... dijo...

jaja uta' q le encontré algo parecido a mi a la mantenida.En pedir no hay engaño dicen :D
Es que mi negocio dá para mi teñido y algo mas nomás.