lunes, 29 de noviembre de 2010

Los consejos de mi madre.

Por suerte la semana pasada hice dos circuitos. El martes, con tres amigas inglesas, jóvenes y bonitas. Me pidieron que les tradujera los piropos últimos que les gritaron. El jueves, dos matrimonios de más edad, ingleses también. Muy educados y tranquilos. Casi me morí cuando me quisieron dar propina.

Javier me compró un asiento especial para mi bicicleta, de hecho fue la gran solución para que no me doliera tanto. Y con la venta del chester -lo compró el dueño del local donde toca Javier- abrí un fondo mutuo.

Es que mi mamá me abrió los ojos.

El domingo en la noche me fui a su casa, porque la verdad encontré desubicado llegar donde la Lena tan tarde. Entré (todavía conservo un juego de llaves) y me fui directo al bar: tenía que tomarme un vodka tónica. Me fui a la terraza, donde llegó mi mamá.

- ¿Qué haces aquí a esta hora?
- Me pelié con Javier.
- ¿Te fuiste o discutieron?
- Un poco de las dos, mamá. No quiero hablar ahora, por favor déjame tranquila.
- Lo siento mucho, pero vas a tener que escucharme. Ya es hora que sientes cabeza y dejes de actuar como una adolescente.
- Es decir que para variar crees que es mi culpa.
- ¿Cuándo te he dicho que eres culpable? Lo que sí sé es que si el marido de una se busca una amante, por algo será. No me mires de esa manera, harto poco que tomabas en cuenta a Francisco, y el pobre lo único que quería era tener un hijo. Y con tu primer marido, la misma historia.
- ¿Quieres saber la verdad, mamá? Siempre estuve enamorada de otro. Por eso fui así con mis dos ex maridos.
- Mire mi linda, si ese no es el problema. ¿Quién no ha estado enamorada de otro? Por eso pareces adolescente, con la cabeza llena de tonteras.
- No, mamá, no son tonteras. Nunca he sido realmente feliz.
- Obvio que no, porque entiendes todo mal. ¿Ese gran amor tuyo es el marido de la china histérica?
- ¿Francisco te contó?
- Sí, como una manera de justificarse. Y ahora que hablamos del tema, ¿por qué nunca te casaste con ese hombre?
- Porque ya estaba de novia, y luego me casé con Francisco y después...
- ¿Después qué?
- Mira mamá, no me casé con él porque tuve miedo de no vivir a como me acostumbraron.
- ¿Es pobre acaso?
- No. Pero hubiese tenido que trabajar.
- ¿Y cuál es el problema?
- Que no estoy acostumbrada a hacerlo.
- Es verdad que te crié para que vivieras como yo lo hago.
- ¿Por qué lo dices como si fuera algo malo?
- Porque tú no eres yo, hija.
- Eso es obvio, mamá.
- No tanto para ti, porque tienes la cabeza llena de pájaros. Necesito que me escuches, para que por fin enrieles tu vida.
- ¿No quieres que viva aquí? Será por un tiempo.
- Mira hija, desde el día que volví del almuerzo he estado pensando en ti y en tu vida. Ya no eres una adolescente o jovencita que anda buscando su rumbo en la vida. Y también me di cuenta que no quieres tener hijos. Pero no quieres trabajar, y eso que eres diseñadora. Tampoco puedes vivir aquí eternamente sin hacer nada.
- Que lindo futuro me tienes, mamá.
- No seas niña y escucha a tu madre. Javier, por una razón que no entiendo bien, te quiere. Y tienes suerte, porque él es un hombre bueno, con plata y bastante buenmozo. Fíjate que no quiere hijos, porque hace unos años tuvo uno que se murió guaguito. Si bien es cierto que el barrio donde vive es horrendo, el loft es muy cómodo para ustedes dos.
- ¿Y cómo sabes todo esto?
- Llamé a Sofía, una tía de él que conozco. Pasamos varios veranos de nuestra juventud en Frutillar.
- ¿Y que más te contó? ¿Se querrá casar conmigo alguna vez?
- Eso depende de ti. Si me pusieras atención entenderías que una es la que decide todo en una relación. Tienes que aprender a que el hombre crea que él toma las desiciones, cuando es una la que lo llevó por ese camino.
- Es que Javier quiere que trabaje.
- Hazlo. Y contenta. Ya te enseñaré a dejar de hacerlo, y que Javier crea que fue su idea.
- Suena tan fácil, mamá.
- Hija, entiende: Javier es tu última oportunidad en la vida para vivir bien, tranquila. Incluso más adelante podemos lograr que se cambie de ese barrio horrendo.

El lunes me levanté temprano, compré en la panadería regalona de Javier su pan favorito, y lo desperté con un rico desayuno en la cama. Se puso muy feliz de verme.

6 comentarios:

Sam Mezylv dijo...

Zorra vieja la mamá de la doña. ¡¡Se las sabe por libro!!

¿Le resultará el plan?.. Javier no es tonto... Mmmm

Eso de "Quien no ha estado enamorada de otro" jajajaj... mmm puede ser.

SRTA TEMPLARIA dijo...

OPino como Sandra, Javier no es tonto!!!!!!!!!

Y bueno de tal palo..

El autor dijo...

interesante teoria...

Insisto... dijo...

Desde cuando la vieja dás esos consejos si es tal palo ,tal astilla?
Espero yo de vieja pensar asi también :D

celeste dijo...

Obvio que les resulta, si pa eso todos los hombres son tontos.

thiarita th dijo...

como dijeron por allá arriba: vieja zorra...
Las madres (casi) siempre tienen razón y pucha que duele a veces escucharlas decir la verdad de la milanesa.