Gracias al mes de diciembre y sus noches increíblemente frías (y la mapuchita cargosa), me resfrié. Claro, porque para no quedar tan pasada a cigarro esperaba afuera a Javier, a veces apoyada en el jeep, otras caminando de un lado a otro de la calle.
No me quedó otra que estar en cama - los suizos no estaban muy felices, pero de verdad me sentía pésimo-, aproveché que Javier me tratara como reina, y vi mucha televisión.
Y aunque al principio estaba molestísima por el resfriado, fue gracias a este que se me ocurrió la brillante idea en la que estoy trabajando. Tomo un respiro entre tanto trámite y reunión a la que tengo que ir para escribir todo y que no se me olvide para más adelante, cuando sea millonaria.
Fue viendo el programa de esa señora bien ordinaria, esa norteamericana, que va por las calles consultándole a la gente que cómo se hicieron ricos, o va a sus casas y muestran que siendo pobres cuando niños, gracias a una gran idea, se hicieron millonarios. Pero el caso que más me impactó fue el de una mujer elegantísima, saliendo de una peluquería muy cara. ¿Cómo se hizo millonaria? Quedó en la calle después de una traición de su marido (como yo) y se le ocurrió un negocio. Y pasó de tener nada, a tenerlo todo.
Me quedé pensando el porqué tengo que conformarme con el dinero de dos arriendos; el porqué tengo que trabajar paseando unos gringos horrendos para tener contento a Javier (y a mi familia de paso), si fui educada en unos de los mejores colegios, mi papá es un gran empresario, y ahora está de moda que las mujeres trabajen. ¡Tengo todas las herramientas en la mano!
Llamé a la Lena y a la Alison para comentarles mi idea de trabajar para mí y tener mucho dinero; necesitaba sus opiniones sinceras.
Pero hacía tanto tiempo que no nos juntábamos a ponernos al día, que sólo conversamos. La Alison nos contó que las cosas se estaban enfriando con Gabriel, la Lena con sus aburridas historias de sus hijos, hasta que nos contó que hace unos fines de semana atrás fue a un matrimonio en Viña del Mar, y se quedó en un hotel pequeñito, hotel boutique le llaman. Apenas escuché su descripción (una casa antigua refaccionada, pocas habitaciones pero preciosas), supe que eso tenía que hacer.
Me fui directo a la oficina de mi papá. Aunque está casi retirado, sé que va diariamente a controlar sus negocios, porque "al ojo del amo engorda el ganado", como solía decir.
Estaba con mi mamá, a punto de salir a comprar los regalos navideños. Me miraron extrañados (mi mamá creyó que le iba a contar que estaba embarazada), porque les dije que necesitaba hablar con ambos.
Salí tan contenta de mi primera reunión de negocios. Mi padre me prestará todo el dinero que necesite, mi mamá me comprará los regalos de navidad (hasta el de Javier), así yo sólo me concentro en mi idea genial, y Javier quedó feliz con la idea de pasar la Nochebuena donde mis padres, con la condición que para el Año Nuevo viajemos donde los de él.
Y ya encontré una casa antigua, grande, para mi hotel boutique. La verdad es que la había visto hace unas semanas con el letro de venta, pero como antes ni me interesaba, no le había prestado atención. Queda a tres cuadras del loft, tiene una fachada hermosa, tipo neoclásica, once habitaciones, escaleras separadas para la servidumbre... no puedo pedir más.
7 comentarios:
Quien dice "servidumbre" por favor.Esta mina tiene del año que le pidan.
"la servidumbre" jajajajajajajaja me encanta esta mina
brillante idea para un cerebro nada de brillante
Chucha, al fin tendra algo en que entretenerse!!!
Ojala le resulte a la doña.
Saludotes
Tsss, pidiéndole plata al papito, cualquiera arma negocio!
jejejejej... Al menos se despercudió y hará algo por ella y para ella...
Que le vaya bien!!
Pero con un papá asi de generoso,cualquiera hace un negocio brillante.
Voy a ir altiro donde mi "papi" pa' que me preste un billete para mi carro de sopaipillas jajajaj.
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