lunes, 19 de abril de 2010

Terremoto maldito.

Si no he tenido ganas de escribir en mi pc rosado es por culpa del terremoto. Y de Francisco. Si hasta mi cumpleaños pasará desapercibido.


En fin, lo bueno es que andaba en Miami con la Alison la semana del terremoto, de compras. Somos íntimas amigas desde el verano, después de tantos días y tantos vodkas tónicas nos contamos la vida entera y me di cuenta que, aunque a veces tenga algunas cosas de rota, me entretiene su forma de ser.

Por eso partimos a Miami de shopping. Reconozco que es algo atípico en mí, y no de muy buen gusto, pero pensé lo siguiente: si acompaño a la Alison a comprar, le puedo indicar cómo vestirse mejor y así no pasar verguenzas con ella cuando andemos juntas acá en Chile.

Nos enteramos del terremoto por un llamado de Francisco, contándome que estaba bien. Y como no se podía volver por el desastre en el aeropuerto, aprovechamos para quedarnos más días de lo presupuestado.

Cuando volví me encontré que Francisco había partido con unos empresarios a dejar ayuda a la gente pobre que se les cayó la casa en el sur. La Lena me contó que Juan Antonio le preguntó por mí, pero le estoy haciendo caso a la Alison y borré a ese hombre de mi mente, con la siguiente técnica: escribo en un cuaderno todas las noches que debo olvidarlo, que ya no existe para mí. Se supone que al cabo de un tiempo, resulta.

Hasta ese momento, todo normal. Además que me entretenía mucho ordenando el departamento nuevo, escogiendo las cortinas, viendo nuevos tapices, juntándonos con la Lena y la Alison a pasar las tardes en la terraza.

Pero llegó Francisco totalmente cambiado del sur. Que debíamos dar las gracias por nuestro estilo de vida, que la pobre gente quedó sin nada, que somos unos afortunados porque no nos pasó nada, que se dió cuenta que nuestra vida es vacía y que venía pensando unos cambios para nosotros, para mí, porque quedó muy impresionado con la fuerza "de la mujer chilena".

¿Cuáles fueron sus ideas? Primero, tener una vida más austera, asunto que ya nos ha llevado a tener varias discusiones, porque no quiere que compre más ropa vía internet, que no salga tanto a almorzar afuera, que para que necesito tantos zapatos, tantas carteras. Pero eso no es nada. La guinda de la torta es que quiere que trabaje. QUE YO TRABAJE.

Que atroz, si acordarme me da rabia. Y para qué hablar de mi cumpleaños, que de una elegante fiesta de disfraces, tendré que conformarme con una "cena entre amigos".

5 comentarios:

Insisto... dijo...

Esta weona se queja de ultra llena!!!!!!!!yo con un viaje a Perú pues me conformo jajaajaj.Y mas encima una cena entre amigos?o sea mi cumple parece Cema chile?



notable chuchetis...yap voy al tuto...toy q le quito el mino a esta yegua jajajaj.

El autor dijo...

xuxa las vacaciones largas que se tomo esta mina. ya estaba aburrido de no tener a quien insultar.

Carla dijo...

Ojala el terremoto le mueva el piso a esta loca y tenga que ir a laburar!

Atrapada dijo...

Puta, y pensar que yo conozco gente asi, tan como las wevas, por lo menos esta mina es de mentirita, la que digo yo es de verdad!!! Puro comprar pa tapar el hoyo que tiene en su vida, estas yeguas nunca son felices.

Anónimo dijo...

Yo quiero un weón como el pajarón de Juan Francisco!! jajaja...

Como dijo el caurito más arriba... ya estaba echando de menos tener a esta sacowea pa insultarla.

Perdón pero... ¿en qué va a trabajar esta pelotuda?